Trabajo: promoción de las habilidades de gestión del estrés/ansiedad

Si tienes la sensación de que no puedes llegar a todo pero no estás organizado, antes de pedir ayuda necesitas organizarte. Si lideras un equipo de personas, para trabajar bien, las herramientas que utilizan para trabajar deben estar en buenas condiciones, el espacio debe estar ordenado, las cosas deben estar en su lugar. Valores como el cumplimiento de los plazos, la puntualidad, el orden, etc. son necesarios para trabajar bien. No es necesario llegar al extremo pero es difícil trabajar bien si no se siguen estos valores básicos.

Tu espacio de trabajo debe ser funcional, no solo para ti, sino también para todos los que trabajan contigo. No todo el mundo trabaja bien con el mismo nivel de orden; quizás eres de los que trabaja con una mesa llena de papeles y trabaja bien; O tal vez necesite mantener todo en su lugar y administrar los problemas uno a la vez. Sea como fuere, un buen criterio para saber si funciona bien es saber el tiempo que se tarda en encontrar información cada vez que se necesita. El tiempo que dedicamos a buscar cuando no encontramos las cosas es un tiempo que nos alerta de algo que se puede mejorar.

Riesgos empresa-trabajador

La Organización Internacional del Trabajo definió los riesgos psicosociales en el lugar de trabajo como interacciones entre el contenido, la gestión y la organización del trabajo y otras condiciones ambientales y organizativas, por un lado, y las habilidades y necesidades de los trabajadores, por el otro. En otras palabras, la salud de los trabajadores dependerá de la compleja relación que mantienen los requisitos y características del puesto de trabajo establecido por las empresas, con las tendencias, habilidades y capacidades de que dispone la persona en cuestión, que es lo que modulará sus percepciones. y evaluación de la experiencia laboral.

Si esta relación es difícil de compaginar o es directamente incompatible, podemos acabar estando expuestos a riesgos muy ligados al estrés laboral; un efecto que a veces nos cuesta reconocer como tal, y que podría entenderse como la respuesta que desarrollamos las personas ante demandas y presiones en el trabajo que no se corresponden con nuestros conocimientos y capacidades, y que pone en peligro nuestra capacidad de resistir .

Técnicas de relajación física

Las más utilizadas son la relajación progresiva de Jacobson y el entrenamiento autógeno de Schultz. Estas técnicas tratan de aprovechar la conexión directa entre el cuerpo y la mente, la existencia de una interdependencia entre la tensión psicológica y física. En otras palabras, no es posible estar físicamente relajado mientras se sufre estrés emocional. Según las teorías que inspiran estas técnicas, las personas pueden aprender a reducir sus niveles de tensión psicológica (emocional) a través de la relajación física, incluso cuando persiste la situación que provoca la tensión.

Las situaciones de estrés suelen provocar una respiración rápida y superficial, lo que implica un menor aprovechamiento de la capacidad funcional de los pulmones, una peor oxigenación, un mayor gasto y un aumento de la tensión general del organismo. Las técnicas de control de la respiración facilitan que el individuo aprenda una forma adecuada de respirar bien para que, en una situación estresante, pueda controlar automáticamente su respiración.

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