Sabor dulce en la boca ansiedad

Un alto nivel de estrés puede hacer que algunas personas deseen comer más alimentos dulces, en relación a esto, un estudio realizado por investigadores del Centro Monell de Estados Unidos, un organismo independiente y no -El instituto de lucro que se dedica a la investigación científica básica interdisciplinaria sobre los sentidos del gusto y el olfato, concluye que el estrés puede afectar la percepción del sabor de los alimentos. En esta investigación se han localizado receptores activados para las hormonas del estrés en las células gustativas responsables de la detección del sabor dulce, amargo y umami.

Entonces, ¿qué está pasando?

  • Encías sangrantes: El estrés puede provocar una reacción de las bacterias dentro de la boca que hacen sangrar las encías. La sangre sabe a metal y se puede saborear incluso si la cantidad de sangre es apenas perceptible. Es posible que durante los ataques de ansiedad y estrés tengas un ligero sangrado de las encías.
  • Hipersensibilidad al gusto: durante los períodos de ansiedad, no es raro que las papilas gustativas se vuelvan más sensibles. Hay alguna evidencia científica que sugiere que durante los períodos de estrés intenso, las papilas gustativas cambian de modo que el mismo sabor puede tener un efecto diferente.

El estrés modifica la percepción del sabor y también el apetito

Sabemos que el estrés modifica la percepción del sabor y hace que cambie el apetito. Y lo hace de muchas maneras diferentes. Algunas personas sienten la necesidad casi constante de consumir alimentos ricos en carbohidratos y grasas. Intenta, con esto, calmar el sistema nervioso a través de esos pequeños aumentos de dopamina y serotonina.

Sin embargo, esa sensación de saciedad es muy breve. Y a esto se suma la alteración del sabor ya comentada. El disfrute no es completo y la persona se queda con un sentimiento de insatisfacción permanente.

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