Esta creencia es una de las más extendidas, ya que las palpitaciones y la taquicardia son los síntomas más comunes cuando experimentamos ansiedad o pánico. La persona que la padece tiene la ferviente creencia de que va a sufrir un infarto.
Estos síntomas son parte normal de la respuesta de lucha-huida de nuestro cuerpo (activación del sistema nervioso simpático) ante una situación que consideramos peligrosa, son consecuencia de la activación emocional, no de sufrir un infarto de miocardio. ¿No convencido? Quizás deberías saber que:
Puedo tener un infarto por ansiedad si tengo una personalidad tipo A
Los cardiólogos estadounidenses Meyer Friedman y Raymond Rosenman establecieron una tipología muy interesante en los años 50 . Se basó en comprender qué rasgos de personalidad se relacionaban con un mejor o peor afrontamiento del estrés y el riesgo de enfermedad cardiovascular.
La personalidad tipo A se asocia con una mayor probabilidad de desarrollar infartos debido a un mal manejo de la ansiedad. En promedio, son perfiles con las siguientes características:
¿Puedo tener un infarto por ansiedad?
La ansiedad o una situación de estrés prolongado es un factor que puede, junto con los factores de riesgo cardiovascular, favorecer el desarrollo de un infarto agudo de miocardio.
Es difícil que la mera existencia de la ansiedad provoque un infarto. Los factores de riesgo que pueden favorecerla son: la hipertensión, el tabaquismo, la hipercolesterolemia y otros como la diabetes, el sedentarismo, la obesidad o el consumo de drogas. Además, también puede haber una predisposición genética.