Se realizó un estudio sobre la ansiedad en la Universidad de Bristol (Reino Unido). Se encontró que las personas ansiosas tienden a tener una mayor percepción de los sabores salados y amargos. Asimismo, se ha establecido que uno de los síntomas iniciales de la ansiedad es un molesto sabor metálico en la boca.
Esto ocurre porque la ansiedad es una emoción potencialmente fuerte que en algunas personas estimula la proliferación de bacterias orales. Esto, a su vez, conduce al sangrado de las encías. Sin embargo, esto puede ser muy leve y es por eso que a menudo no se ve a simple vista. Lo que sí siente es el sabor metálico de la sangre en la boca.
¿Qué tan severa es tu ansiedad?
El sabor metálico debido a la ansiedad es raro, pero puede ser causado por una ansiedad severa.
No todo el mundo se preocupa cuando siente un sabor metálico en la boca, la mayoría de la gente no se da cuenta ni se preocupa por lo que puede ser. Las personas que sufren ataques de pánico o ansiedad por la salud suelen ser las que más se preocupan.
Sabor a adrenalina en la boca
El mal sabor de boca, incluidos los sabores metálicos, sanguinolentos, amoniacales y otros sabores extraños en la boca, suelen ser síntomas de un trastorno alimentario. ansiedad, incluidos el trastorno de ansiedad generalizada, el trastorno de ansiedad social, el trastorno de pánico y otros. Para ver si la ansiedad puede estar jugando un papel en sus síntomas de ansiedad, evalúe su nivel de ansiedad usando nuestra prueba gratuita de ansiedad, prueba de trastorno de ansiedad o prueba de hiperestimulación con resultados instantáneos de un minuto. Cuanto mayor sea la puntuación, más probable es que contribuya a sus síntomas de ansiedad, incluido el mal sabor de boca. Este síntoma de ansiedad con mal sabor de boca puede aparecer y desaparecer con poca frecuencia, ocurrir con frecuencia o persistir indefinidamente. Por ejemplo, tener mal sabor de boca de vez en cuando y no tan a menudo, tenerlo de forma intermitente o tenerlo todo el tiempo. El comportamiento aprensivo hace que el cuerpo segregue hormonas del estrés en el torrente sanguíneo, donde viajan a puntos específicos para causar cambios fisiológicos, psicológicos y emocionales específicos que aumentan la capacidad del cuerpo para hacer frente a una amenaza: luchar o huir.