Testimonios de personas con ansiedad y depresion

La ansiedad es la respuesta natural del cuerpo a situaciones estresantes, pero a veces puede convertirse en un sentimiento abrumador que puede interferir con tu vida diaria. Si alguna vez has experimentado un ataque de ansiedad, es importante saber qué hacer para ayudarte a superarlo. Estos son algunos consejos que pueden ayudarlo a controlar un ataque de ansiedad: Reconozca los síntomas: los ataques de ansiedad pueden presentarse de diferentes maneras, pero algunos de los síntomas más comunes incluyen sudoración, temblores, latidos cardíacos rápidos, dificultad para respirar, sensación de falta de aire, mareos, náuseas y sensación de pánico. Reconocer estos síntomas es el primer paso para afrontar la crisis. Encuentra un lugar tranquilo: Si estás en un lugar con mucha gente o ruido, trata de encontrar un lugar tranquilo donde puedas estar a solas contigo mismo y concentrarte en tu respiración. .Practica la respiración profunda: la respiración profunda puede ayudarte a relajar el cuerpo y reducir la sensación de ansiedad. Inhala profundamente por la nariz, aguanta la respiración durante unos segundos y exhala lentamente por la boca. Use técnicas de relajación: hay una serie de técnicas de relajación que puede usar para reducir la ansiedad, como la meditación, el yoga o la relajación muscular progresiva. Piense en pensamientos positivos: en lugar de concentrarse en pensamientos negativos que pueden aumentar su ansiedad, intente tener pensamientos positivos. Puedes repetir frases positivas como “todo está bien”, “puedo superar esto” o “me siento tranquilo”, “esto pasará”. Busca ayuda profesional: si sientes que la ansiedad está afectando tu día a día, no dudes en buscar Ayuda Profesional. Un terapeuta o psicólogo puede ayudarlo a identificar la causa de la ansiedad y desarrollar estrategias para manejarla. No te culpes: recuerda que la ansiedad es una respuesta natural del cuerpo ante situaciones estresantes y que no es tu culpa. Trata de ser compasivo contigo mismo y no te juzgues por sentirte ansioso. En pocas palabras, los ataques de ansiedad pueden dar miedo, pero existen estrategias que puede usar para lidiar con ellos. Es importante reconocer los síntomas, encontrar un lugar tranquilo, practicar la respiración profunda y tener pensamientos positivos. Si la ansiedad está afectando significativamente tu vida diaria, no dudes en buscar ayuda profesional. Recuerda que la ansiedad no es tu culpa y que puedes superarla con la ayuda adecuada.

Testimonio de trastorno de ansiedad y agorafobia: El caso de C.

Mi relación con la ansiedad se remonta a varios años. Y ahora que miro hacia atrás, me doy cuenta de que comenzó mucho antes de que supiera que lo que tenía era ansiedad.

Que si estoy estresada, si es preocupación por el trabajo, si es solo cansancio… por mucho tiempo traté de ignorar las advertencias que mi cuerpo y mi mente me enviaban. Durante semanas o meses parecía estar bien, pero de repente volvía la sensación de presión en el pecho, los pensamientos negativos, las largas noches de insomnio… Pasé mucho tiempo así, evitándolo e ignorándolo, hasta que un día todo explotó. . Era una tarde cualquiera volviendo del trabajo, había pasado unos días con estrés, pero nada fuera de lo normal; Iba en el tren pensando en cosas del trabajo, casi llegando a la estación donde tenía que bajarme cuando de repente noté que mi corazón comenzaba a latir tan fuerte y tan rápido que lo podía sentir por todo mi cuerpo, mi visión se nubló y me apenas podía respirar. Mi mayor preocupación en ese momento era que nadie se enterara de lo que me estaba pasando (¡qué tontería!), así que salí corriendo y me quedé en la puerta esperando que llegara el tren a la estación para poder huir de allí. Me las arreglé para bajar lo mejor que pude y me senté en las escaleras de la estación hasta que mi respiración volvió a la normalidad. Después de ese día, ir en tren, metro o cualquier lugar donde hubiera mucha gente se convirtió en un infierno. No podía dormir por las noches pensando en el día siguiente que tenía que viajar en transporte público; cada viaje en tren era una lucha constante, mi ritmo cardíaco se aceleraba, quería ir al baño, mis manos temblaban y pensé que me iba a desmayar. De repente, lo que había estado haciendo durante años me dio un pánico terrible y no entendí por qué. Seguí así unos meses, hasta que mi pareja me dijo que no podía seguir así y me animó a buscar ayuda profesional.

SÍNTOMAS

“Bueno, a ver, desde que me casé en el año 2000, claro que la vida cambia mucho, porque la vida cambia al 100 por ciento. Empecé a sentirme triste cuando llegué a casa y estaba sola. Porque yo vivía en la casa con mis abuelos; entonces siempre que llegaba a casa iba acompañada. Y comencé a sentirme un poco triste cuando llegué aquí y la soledad hasta que mi esposo llegó del trabajo. A veces pienso que también , la forma en que caí en mi depresión también fue porque la posición de mis abuelos era prácticamente la mía. Yo, ellos me habían criado, había vivido toda mi vida con ellos. Porque mi madre tenía que trabajar para alimentarme. Y yo era todo, ¿no? Ella era la que tenía que encargarse de todo, la que siempre tiraba del carro. Y llega un punto en el que dices: «-Ya no aguanto más, que dispare otro, tengo que delegar en otras personas porque…». El mismo médico de familia me decía: «-Tienes que salir de esta, eres muy joven y no puedes seguir así». ¿Sabes? No te das cuenta, no te das cuenta del todo de lo que realmente estás haciendo, pero lo haces instintivamente, porque te sale, porque crees que es tu obligación, porque… y lo estás haciendo bien. El problema es cuando todo pasa. Cuando todo pasa y te das cuenta que todo esto te ha dejado miles de secuelas. En ese momento fui muy fuerte, superé todo eso con fuerza y ​​sin ningún problema, el problema fue cuando pasó todo. Cuando mi esposo mejoró, mi abuela se recuperó, todo terminó. Trabajé en ese momento 2 meses si y 2 meses no. De tele operador. Y en los 2 meses que dejé de trabajar ya me empecé a relajar y ahí fue cuando empezaron a aparecer todos mis problemas. Pero hice todo esto sin que nadie se diera cuenta. Intenté por todos los medios evitar decir que tenía un problema. Yo le echaba la culpa, pues mi padre acaba de fallecer, actualmente estoy de duelo y no tiene que ser otra cosa, solo estoy de duelo por mi padre.” José Manuel expresa que fueron la disolución de su matrimonio y, después, la muerte de su padre, la causa de su depresión.

“Bueno, todo empezó, a base de, de una separación.Y a partir de ahí, bueno, todo el mundo se vino abajo. Yo quería, porque pensaba que era un hombre fuerte, quería superar todo pero no podía. No era una persona, porque las únicas dos personas que me apoyaba eran mi padre y mi psicóloga. Y yo era prácticamente de De mayo a febrero muy bien, relativamente bien, entre comillas, porque tenía dos piernas como le dije a mi psicóloga, pero mi padre falleció en febrero y eso fue todo… porque me quedé sin consuelo y sin apoyo, porque mi padre …” José encuentra en su historia de vida las causas de su depresión, especialmente en su niñez y adolescencia.

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