Promoción de las habilidades de gestión del estrés/ansiedad

En los trastornos de ansiedad interactúan factores biológicos o constitucionales, factores personales y factores ambientales. Entre los factores ambientales, se destacan los acontecimientos vitales o situaciones traumáticas, el estilo educativo de los padres y, en general, los procesos de socialización del niño-adolescente-adulto en los diferentes ámbitos de su vida: familia, escuela, amigos, trabajo. , etc. Entre los factores personales implicados en la génesis y mantenimiento de los trastornos de ansiedad, destacan la valoración personal y subjetiva que cada uno hace de sí mismo (autoestima), los rasgos de personalidad y los recursos de los que dispone el individuo para afrontar los problemas (estrategias). . albardilla).

Las personas más cercanas al niño tienen un papel muy importante en la prevención de los trastornos de ansiedad. Los padres y educadores pueden reducir el impacto de las situaciones o eventos estresantes de la vida que vive el niño, pueden educarlo para potenciar sus recursos personales y pueden promover nuevas experiencias y fomentar hábitos de vida saludables. ¿Como?

Bibliografía

  • Supera tu ansiedad. Aprende a manejar con éxito el estrés. Paula Díaz-Hellín Benito (2018).
  • Pensamiento positivo: Cómo alcanzar tus metas y llevar una vida positiva a través del poder del pensamiento. Marcello Borelli (2020)
  • Manejo del estrés. Entiéndelo, contrólalo y aprovéchalo. José María Acosta Vera.
  • Quiero aprender a manejar mi estrés. lena Mendoza De la Fuente (2021)

Técnicas de control de la respiración

Las situaciones de estrés suelen provocar una respiración rápida y superficial, lo que implica un menor aprovechamiento de la capacidad funcional de los pulmones, una peor oxigenación, aumento del gasto y aumento de la tensión general del organismo. Las técnicas de control de la respiración facilitan que el individuo aprenda una forma adecuada de respirar bien para que, en una situación estresante, pueda controlar automáticamente su respiración.

La práctica de la meditación estimula cambios fisiológicos de gran valor para el organismo. Afirman que la persona es capaz de desarrollar sistemáticamente una serie de actividades perceptivas y/o conductuales que le permiten concentrar su atención en esas actividades y desconectar de la actividad mental diaria del individuo lo que puede ser una fuente de estrés.

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