La ansiedad es la respuesta de nuestro organismo ante situaciones que una persona considera amenazantes o peligrosas. Es decir, es una función básica de supervivencia. Pero cuando esa respuesta no guarda proporción con la amenaza y se repite durante largos períodos de tiempo, la ansiedad se convierte en un trastorno.
De vez en cuando sentir ansiedad forma parte de nuestra vida.
Estrés
Son muchos los motivos por los que una persona puede sufrir estrés, aunque entre los acontecimientos que más estrés le producen están la separación de la pareja, realizar una mudanza, cambiar de trabajo o problemas económicos. .
Hemos comentado en entradas anteriores del blog que la ansiedad tiene un componente asociativo, por lo que asociamos estímulos con sensaciones desagradables o que algo va a pasar.
Trastornos del sueño
Los trastornos del sueño no sólo se refieren a la privación del sueño, sino también a la dificultad para conseguir un sueño adecuado, en cuanto a duración y calidad, y en los momentos adecuados. Se sabe que los trastornos del sueño contribuyen en gran medida a la ansiedad, especialmente a la ansiedad nocturna. Con el tiempo, empeoran la ansiedad en cualquier momento del día, porque el cuerpo, la mente y el sistema nervioso están constantemente cansados. Sin duda, esta es la razón por la que muchas medidas adoptadas para controlar la ansiedad se centran en ayudar a las personas a tener un sueño reparador.
Además, si la falta de sueño puede empeorar la ansiedad nocturna, lo contrario también es cierto. La ansiedad en general, y la ansiedad nocturna en particular, dificultan que una persona pueda conciliar el sueño y seguir durmiendo hasta haber descansado lo suficiente. Es una especie de círculo vicioso.