Estos dos trastornos que afectan negativamente al bienestar emocional comparten muchos de los síntomas. En concreto, la depresión es un trastorno del estado de ánimo que provoca un sentimiento persistente de tristeza y pérdida de interés por participar en actividades sociales y personales. Aquellos que sufren síntomas de depresión a menudo tienen problemas para realizar las actividades normales del día a día y, a veces, sienten que la vida no vale la pena vivirla.
En términos generales, la depresión puede requerir medicación (siempre con receta médica), cambios en el estilo de vida y terapia cognitivo conductual. Es un proceso largo que requiere paciencia, muchas veces agotada por la propia depresión. Por el contrario, recuperarse de un estado de ánimo bajo suele llevar algunos días o semanas. De hecho, es una condición mucho más común que la anterior, con más y más personas experimentando estrés, ansiedad o estados de ánimo bajos como parte de su función cerebral normal.
Raíz de valeriana
La valeriana es conocida por sus excelentes beneficios para mejorar el sueño. Pero no solo eso, también reduce la ansiedad porque posee ácidos de valeriana que inhiben y regulan la actividad de las neuronas en el cerebro. Cuando te relajas, los niveles de cortisol bajan y la ansiedad también disminuye.
Rhodiola
La rodiola es una planta adpatógena que puede mejorar las emociones negativas de ansiedad y depresión por diferentes mecanismos (Yu et al 2019). Además, presenta efectos neuroprotectores y efectos de mejora cognitiva al promover la síntesis de factores neurotróficos y tener potentes acciones antioxidantes y antiinflamatorias (imagen de Limanagi et al 2020).
El extracto de azafrán tiene una alta biodisponibilidad y capacidad para atravesar la barrera hematoencefálica. Múltiples estudios han respaldado el efecto neuroprotector, ansiolítico, antidepresivo y potenciador de la memoria del azafrán (Abu-Izneid et al 2020). Además, mejora los estados de ansiedad relacionados con el miedo/pánico, la anhedonia, la falta de motivación y la desesperación conductual y, por su efecto antioxidante y antiinflamatorio, previene/ayuda en enfermedades como el Alzheimer o el Parkinson (Bian et al 2020).