La estimulación magnética transcraneal para la depresión funciona estimulando la corteza prefrontal, el área del cerebro que controla el estado de ánimo, la motivación y las habilidades sociales. La técnica se basa en la aplicación de ciclos repetitivos de pulsos magnéticos para estimular las células nerviosas en la parte del cerebro que controla el estado de ánimo, seguidos de períodos de descanso. El rápido cambio en el campo magnético induce una corriente, y si esta es de suficiente amplitud y duración, se logra la excitabilidad neuronal, lo que provoca un efecto antidepresivo en pacientes con depresión recurrente. La estimulación magnética transcraneal llega a la raíz del problema al restablecer los patrones y vías del cerebro mediante pulsos magnéticos específicos. El tratamiento de la depresión con TMS también es indoloro, no requiere hospitalización y se realiza en la privacidad del consultorio de un médico privado. El tratamiento con TMS para la depresión tiene una eficacia comprobada y está particularmente indicado para aquellos pacientes que no ven beneficios con el uso de medicamentos. A diferencia de los medicamentos antidepresivos más comunes, los estudios han comprobado la ausencia de efectos secundarios significativos:
Además, este tratamiento no es invasivo y no altera la vida diaria del paciente, lo que le permite continuar con su vida personal. vida, familia y/o trabajo
Acupuntura
Un estudio realizado en la Universidad de Arizona en el que participaron 33 mujeres con depresión, concluyó que el 64% de ellas encontró alivio de sus síntomas después de una pocas sesiones de acupuntura.
Es una excelente manera de tratar la depresión, aunque solo si es leve. Las reuniones de estos grupos ayudan a las personas a aprender de sus compañeros y se apoyan mutuamente.
Pasar tiempo de calidad con tu familia y amigos
El apoyo social de tus seres queridos es una buena forma de calmar la ansiedad y darnos sentido de pertenencia y autoestima.
Además, en estos encuentros se libera oxitocina, un relajante natural, ya su vez, se considera todo lo contrario a la respuesta de «lucha o huida», que es la ansiedad.