¿Y qué haces cuando de repente te sientes mareado? les preguntamos. Y muchas de las personas nos han comentado reacciones totalmente instintivas que cualquiera hace si notamos que nos mareamos: como agarrarse de donde puede, sentarse, beber agua o incluso echarse agua en la cara y el cuello, y esperar a que pase. aprobar.
Pero el problema de este tipo específico de mareo es que desencadena pensamientos terroríficos con los que la persona también se ve obligada a lidiar. Por ejemplo, JL nos decía que “si es repentino, lo automático es agarrarme donde pueda, pero no tanto por miedo a caer sino por la necesidad de “aguantar”, de buscar seguridad”, o este otro testimonio «Me agarro con fuerza a lo que puedo o toco algo para sentir ese contacto con la realidad (sentir que estoy «aquí»), o empiezo a hacer movimientos con un pie» en el que podemos entender que los mareos pueden ser un síntoma de ansiedad, pero también puede ser una sensación que refuerza el miedo y aumenta la ansiedad.
¿Mareos por ansiedad?
Por un lado, las experiencias de estrés sostenido y amenazas específicas pueden ser suficientes para alterar los patrones normales del cuerpo. La ansiedad muchas veces altera la presión arterial, aumenta la oxigenación en reposo, aumenta la tensión muscular en las zonas cervicales, precipita taquicardias y extrasístoles, por lo que es muy fácil imaginar enfermedades graves desencadenando aún más las respuestas fisiológicas del organismo. Si el mareo se presenta de manera sostenida o aparece de manera cíclica, no tiene por qué ser grave pero tampoco es necesario dejar de observar si existen focos de ansiedad en tu vida, el mareo estaría actuando como una señal de alerta.
¿Qué conecta el mareo con la ansiedad?
Asimismo, existen investigaciones que apuntan a que las llamadas «hormonas del estrés» como el cortisol, las histaminas y otras sustancias (que se liberan en situaciones de tensión y angustia) inciden negativamente en las funciones del sistema vestibular . Es decir, pueden provocar sensaciones como pérdida del equilibrio, mareos y vértigo.
La respiración también tiene mucho que ver con la aparición de los mareos de ansiedad. En este estado emocional se produce una hiperventilación, por lo que el equilibrio entre el oxígeno y el dióxido de carbono se desequilibra. Para combatirlo, el cuerpo aumenta la alcalinidad de la sangre, lo que produce esa sensación de mareo, inestabilidad, etc.