La agorafobia se puede definir como el miedo y la evitación de los lugares públicos y estar fuera del hogar basado en la anticipación de experimentar altos niveles de ansiedad o la aparición de ataques de pánico.
También se puede considerar como el miedo a estar en lugares o situaciones donde puede ser difícil o embarazoso escapar o donde puede ser difícil obtener ayuda en caso de tener un ataque de pánico o síntomas similares como como: mareos, caídas, despersonalización, desrealización, pérdida del control de esfínteres, vómitos o problemas cardíacos.
Expresar miedos y desmontarlos
El miedo se genera por una serie de pensamientos intrusivos, negativos y generalmente irracionales. Por lo tanto, es importante verbalizar pensamientos y comunicar sentimientos. Esto permite analizar la situación y averiguar qué ideas están generando o reforzando específicamente el miedo.
Una vez identificadas, es muy útil desmontar estas creencias individualmente o con ayuda. Esto tomará una perspectiva más racional y, probablemente, el miedo disminuirá.
Qué podemos hacer para gestionar la ansiedad y el miedo a salir
No posponer el momento de salir
Cuando algo nos asusta, tendemos a posponerlo para no No tienes que enfrentarlo. Es completamente razonable y, sin embargo, generalmente no es una buena estrategia. Cuanto más lo pospongamos, más aterrador será. La realidad es que es bueno para nuestra salud mental que empecemos a salir, por eso, aunque sea poco a poco, es importante que tratemos de no posponer el momento de salir.