Cualquiera puede sufrir un ataque de ansiedad en una determinada situación. El manejo adecuado de los síntomas nos ayudará a recuperarnos más rápido y con mayor eficacia.
- Identifica el ataque. Si podemos ver que es un ataque de ansiedad y no que nos estamos muriendo, podremos actuar de manera más efectiva. La creencia errónea de tener un infarto o volverse loco intensifica aún más los síntomas físicos.
- Respira uniformemente. Al modificar tu respiración, el resto de síntomas disminuirán progresivamente.
Cómo controlarlo
El problema empezará a empeorar si se repite la crisis, que suele ser la regla en la evolución del trastorno. Debemos saber que un ataque de ansiedad tiende a un círculo vicioso donde los síntomas fisiológicos y cognitivos se retroalimentan.
De forma sencilla, si nos encontramos ante una situación de taquicardia y dolor torácico, podemos pensar que vamos a morir y obviamente este pensamiento elevará todos nuestros niveles de ansiedad. De esta forma, la persona no solo sufre ansiedad durante la crisis, también puede desarrollar “miedo al miedo” o fobofobia. Con esto entramos en otro de los componentes típicos de los trastornos de pánico: la conducta de evitación fóbica.
Trastorno de ansiedad por separación
El trastorno de ansiedad por separación se refiere a un miedo intenso a perder o ser separado de un ser querido. Esta ansiedad severa puede hacer que la persona evite salir o dormir sin su ser querido. Las pesadillas sobre la separación también ocurren con este trastorno de ansiedad.
Estos sentimientos suelen desarrollarse en la infancia, pero no se limitan a este período de tiempo. Deben persistir durante seis meses en adultos para cumplir los criterios de este trastorno de ansiedad.