Al igual que años anteriores, 2020 comenzó con una nota de esperanza. El número -2020- en sí mismo fue inspirador, sugiriendo una claridad y agudeza visual óptimas. La pandemia de COVID-19 y los recientes disturbios civiles han cambiado la vida cotidiana, poniendo a prueba nuestra resiliencia. No sabemos cómo vamos a vivir la ‘nueva normalidad’. Durante la nueva normalidad estaremos de luto por las vidas, momentos y oportunidades perdidas. Pero con suerte, la nueva normalidad también traerá una nueva apreciación por la conexión, la libertad de hacer las cosas que disfrutamos, el toque humano e incluso la tecnología. Esperamos que la nueva normalidad esté llena de esperanza por la igualdad, la empatía y el diálogo sobre lo que nos une para superar lo que nos divide. Aunque no siempre podemos evitar o eliminar el sufrimiento y el dolor, podemos practicar la empatía y escuchar para comprender y no para estar de acuerdo. Podemos intentar tener conversaciones incómodas que lleven a la comprensión y al amor. Podemos trabajar para encontrar nuestra propia voz y luego usarla para cultivar la esperanza y el amor.
Principales causas de la ansiedad
1.- Las variaciones de la tensión arterial producen con frecuencia sensación de mareo o inestabilidad. Para ser más exactos, cuando la persona tiene la presión arterial baja, las sensaciones de mareo son especialmente notorias al cambiar de postura. En el caso de pasar de estar sentado o acostado a estar de pie, esta variación es muy visible. Cuando nos levantamos de una silla, el cuerpo necesita llevar sangre a zonas más altas, por lo que tendrá que bombearlas con mayor fuerza. Mientras no se regule la presión, se producirán episodios de inestabilidad. Normalmente es temporal y en unos segundos desaparece. Si la presión arterial se desequilibra por cualquier motivo, sin necesidad de cambios posturales, también se producen sensaciones transitorias de desequilibrio que tienden a remitir en poco tiempo.