“Dejando de lado los motivos, acatemos la forma correcta de llorar, entendiendo por ésta un llanto que no entre en escándalo, ni que insulte a la sonrisa con su paralelo y torpe parecido”, explicaba Cortázar en sus Instrucciones para el llanto. , instrucciones que hoy pueden ser necesarias para todos aquellos que necesitan un grito, un grito que no siempre llega. Antes del coronavirus habíamos normalizado el llanto sin complejos (como defienden estos famosos), esas lágrimas furtivas que se escapaban en el trabajo y hasta en el Congreso. Incluso en Japón podías alquilar hombres guapos para desahogarte, y en Nueva York, los internautas ayudaron a crear un mapa de la ciudad con los mejores lugares públicos para llorar. El año que estamos viviendo peligrosamente ha desatado niveles de ansiedad y para algunos eso significa insomnio, para otros vértigo y, para muchos, llanto (de hecho, incluso algunos médicos han reconocido que lloran entre paciente y paciente).
Consejos para poder llorar
La primera recomendación que ofrece Fabiola Cuevas desde su propia experiencia es sentir conscientemente el bloqueo. Puede parecer paradójico, pero si cierras los ojos y llevas la tensión a tu cuerpo, empiezas a sentir ese bloqueo, malestar e incomodidad, que te ayudarán a reconectar con tu cuerpo.
El segundo consejo que recomienda Fabiola Cuevas es hablar en voz alta. Es un paso que puede parecer muy sencillo, pero habla con libertad de los motivos que te inquietan, te inquietan, te entristecen, etc. Te ayudará a conectar con estas emociones. Tómese su tiempo durante esta práctica. Cierra los ojos, si es necesario, y nota cómo la obstrucción requiere desahogo, generalmente llorando.