- Mejora del descanso: ayuda a que la persona se duerma mejor y tenga un sueño más reparador.
- Disminución de la presión muscular y arterial.
- Mejora de la autoestima.
- Agradable sensación de bienestar y/o plenitud.
- Reducción de los niveles de cortisol en sangre (hormona directamente relacionada con el estrés)
- Mejora del control de las partes de nuestro cuerpo.
- Ayuda a romper el círculo vicioso de los pensamientos negativos.
- Sin efectos secundarios: lo más importante es dejar claro que los ejercicios de relajación NO van a tener ningún tipo de efecto secundario, esto es así porque lo que conseguimos con ellos es modificar la forma en que se sustancias químicas en nuestro cuerpo de forma natural, por lo que la relajación siempre será positiva.
Cada persona debe decidir a qué hora le resulta más fácil o sencillo relajarse, se ha comprobado que los mejores momentos para realizar estas técnicas de relajación son por la mañana justo después de levantarse o antes de irse a dormir por la noche.
Herramientas duraderas para la relajación y el alivio de la ansiedad.
Según el NCCIH, estas técnicas de relajación pueden ayudarte a prevenir y controlar la ansiedad y el estrés a largo plazo:
- Yoga
- Tai chi o meditación en movimiento
- Entrenamiento autógeno, donde te enfocas en diferentes sensaciones en diferentes partes del cuerpo
- Relajación asistida por biorretroalimentación, que controla funciones corporales como la tensión muscular una vez que las has aprendido a través de mediciones específicas.
Primera fase de relajación muscular progresiva PASO A PASO.
Dedos de los pies. Toma aire lentamente, llevándolo hasta el vientre, al mismo tiempo que presionas los dedos hacia abajo, como si quisieras atrapar algo con ellos. Espera unos segundos. Luego exhale lentamente durante unos 5 segundos mientras relaja los pies.
Gemelos. Respira mientras levantas las puntas de los pies. Deja tus talones pegados al suelo o a la superficie sobre la que estés tumbado. Relájate mientras exhalas lentamente.