Es un tipo de respiración en la que se gasta menos energía al respirar. Es muy eficaz para relajarse, ya que ralentiza el ritmo respiratorio y por tanto alivia esa sensación de falta de aire.
Los pasos para respirar con los labios fruncidos son:
¿Qué provoca esos problemas respiratorios cuando uno sufre de ansiedad?
El motivo por el que solemos experimentar síntomas tan elevados con la ansiedad tiene su explicación. Y sigue siendo interesante. Trabajos de investigación como los realizados en la Universidad de San Diego por el Dr. Martin Paulus nos lo explican:
- La ansiedad es un estado emocional asociado a un componente cognitivo.
- Es decir, la persona experimenta preocupación, miedo o angustia ante una amenaza real o imaginaria, ante algo que interpreta como peligroso.
- Cuando esto sucede, el sistema nervioso autónomo reacciona, provocando cambios en el proceso respiratorio.
- El cerebro interpreta que hay que huir o reaccionar ante ese peligro. Entonces, el cuerpo se prepara para ello.
- Lo primero que hará es enviar más oxígeno a los músculos.
- Para ello restringe la cantidad que llega a los pulmones. Ante este evento, el corazón responde latiendo más rápido para bombear más sangre a esos músculos que, al final, deben ayudarnos a reaccionar y escapar. Pronto sentimos calor en el pecho, tensión en las extremidades y dificultad para respirar.
¿Qué es la ansiedad?
La ansiedad es un mecanismo adaptativo del organismo. Un sistema de alerta que se activa ante situaciones que percibimos como amenazantes o peligrosas. Entonces podemos decir que cierto nivel de ansiedad es “saludable” ya que nos protege, es adaptativo y funcional. Nos pone alerta en determinadas circunstancias. Pero hay momentos en la vida en los que esta ansiedad puede ser desproporcionada en relación a la amenaza real y convertirse en un obstáculo. De ser así, interfiere en nuestra vida y en el normal funcionamiento de distintos ámbitos, como el familiar, el laboral o el social.
Vamos a ver algunos síntomas de ansiedad pero ten en cuenta que varían de persona a persona. No todas las personas experimentan los mismos síntomas ni con la misma intensidad. Estos son algunos de ellos: