Los comportamientos que muestran los perros que padecen este problema cuando se les deja solos son: causar daños en la casa, ladrar o aullar fuerte, orinar, defecar, vomitar. Incluso puede suceder que hagan todo esto al mismo tiempo. También el hecho de estar encerrado en una habitación, tener gente en casa, puede generar ese cuadro de ansiedad.
Es normal que los perros, como animales sociales que son, prefieran estar en compañía. Lo que no es normal es que estar solo, o la simple expectativa de ello, les genere un gran estrés. Si esto sucede, el perro está experimentando un sufrimiento que no debería tener. Un malestar, por otra parte, fácilmente evitable. Por suerte, además de ser frecuente, es una alteración que puede corregirse eficazmente aplicando el tratamiento adecuado.
Antidepresivos
Son fármacos con efecto a medio-largo plazo. Reducen los niveles de ansiedad del perro, sin sedarlo.
En este caso, el medicamento debe administrarse al animal diariamente (según las dosis y frecuencias determinadas por el veterinario), y su efecto suele comenzar a notarse después de varias semanas, dependiendo del individuo y de el antidepresivo elegido.
La domesticación ha hecho que los perros sean más dependientes de los humanos
Los perros y los humanos han estado viviendo juntos durante miles de años y durante todo el llamado proceso de domesticación (de lobo a perro) es posible que los perros han desarrollado una predisposición a formar lazos de apego con humanos.
Los cachorros suelen ser adoptados por familias humanas entre las 6 y las 10 semanas, y el propietario se convierte en la principal figura de apego del cachorro. La separación de esa figura segura puede causar estrés y/o ansiedad.