Un ataque de pánico es una reacción de ansiedad muy intensa, acompañada del sentimiento de falta de capacidad para controlar esta reacción, e incluso de la convicción de que uno puede morir en ese momento. Esta crisis de ansiedad puede darse en diferentes situaciones (conduciendo, en la calle, etc.), que tenderán a evitarse más adelante. Las claves de este trastorno hay que buscarlas, por un lado, en el tipo de pensamientos que los provocan, altamente preocupantes, catastróficos (como muerte inminente, infarto, mareos y pérdida de conciencia, etc.); y, por otro lado, en la hiperventilación (respiración pesada) que provoca un aumento muy rápido de la activación fisiológica generalizada. Los pensamientos catastróficos se originan por una interpretación incorrecta de los síntomas de ansiedad (activación fisiológica).
Según la clasificación internacional de trastornos mentales DSM-IV, los criterios para diagnosticar un ataque de pánico (o crisis de ansiedad) serían los siguientes:
Epidemiología de los ataques de pánico.
Los ataques de pánico son una patología bastante frecuente, no sólo a nivel de centros psiquiátricos, sino también a nivel de urgencias hospitalarias, ambulatorios y consultas de cardiología y atención primaria.
Los ataques de ansiedad afectan tanto a hombres como a mujeres, aunque suelen darse con mayor frecuencia en mujeres en una proporción de 2 a 1. Los estudios realizados consideran que los ataques de ansiedad afectan a un porcentaje de la población que puede variar entre el 1% y 3%. La edad de aparición suele oscilar entre los quince y los treinta y cinco años.
Si la ansiedad no es mala, ¿por qué siento que me voy a morir?
Si tu cerebro percibe una situación de riesgo, ya sea real o imaginaria, activará un sistema de alarma que desencadenará cambios fisiológicos para proteger tu vida. Estos cambios en el ataque de pánico se experimentan como una amenaza, ya que el peligro no es real. Si realmente estuvieras frente a una situación de riesgo, no sentirías estos síntomas como peligrosos. Los verías como algo normal ante esta determinada situación de peligro real.
Por ejemplo, si en este momento te encuentras en un lugar que empieza a incendiarse, percibirías el peligro y se activaría tu sistema de alarma. Entonces, se producirá la activación fisiológica, permitiéndote así salir corriendo del lugar y conservar tu vida. Para hacer esto, necesitará que su corazón lata más rápido para enviar más sangre a sus extremidades. Sin embargo, tu corazón no está latiendo más rápido debido a una insuficiencia cardíaca, no te vas a morir de ansiedad.