La sudoración, el aumento del ritmo cardíaco, las preocupaciones y la sensación de peligro inminente son síntomas de ansiedad, una respuesta fisiológica, cognitiva y conductual del organismo.
Anteriormente conocidos como ataques de pánico e identificados en psicología y psiquiatría como ataques de pánico, los ataques de ansiedad no forman parte del trastorno de ansiedad en sí, aunque son una condición que al menos el 30 por ciento de la población ha experimentado alguna vez en su vida. vidas, explicó Patricia Moreno Peral, doctora en psicología de la salud, investigadora del Instituto de Investigación Biomédica de Málaga (IBIMA) y profesora del Departamento de Personalidad, Evaluación y Tratamiento Psicológico de la Universidad de Málaga.
R: Respira y relaja el cuerpo
Respira. Lo primero es recuperar el control de tu respiración. Para hacer esto, respira profundamente y exhala. La respiración abdominal o diafragmática ayuda mucho a controlar un momento de ansiedad o pánico. Solo hay que inhalar profundamente por la nariz, notando que el estómago se hincha; y suelte lentamente el aire por la boca, a intervalos.
Entender qué es la ansiedad es clave para controlar una crisis. La ansiedad es un mecanismo de supervivencia de los seres vivos. Se convierte en objeto de análisis y motivo de tratamiento cuando una persona que no está expuesta a un peligro inminente sufre estrés crónico y ansiedad, ya que estos pueden ser indicativos de algo más profundo.
Síntomas de un ataque de ansiedad
Los síntomas y signos que suelen aparecer en un ataque de ansiedad suelen ser pensamientos físicos e irracionales acompañados de una intensa sensación de ansiedad.
Entre ellos podemos encontrar: