Es muy común que las personas que viven momentos de ansiedad, estrés, también se vean afectadas por patologías del aparato digestivo. Todos hemos sufrido en algún momento dolor de estómago e intestino antes de un examen o una entrevista de trabajo; Esto por sí solo no genera mayores problemas, pero si estos trastornos se vuelven frecuentes, podemos ver alterada nuestra calidad de vida. Las personas que sufren de trastornos de ansiedad a menudo informan trastornos de su sistema digestivo como: distensión estomacal, dolor abdominal y estomacal, estreñimiento o diarrea, náuseas y vómitos.
Cada vez se reconoce más la relación entre la ansiedad y el tracto gastrointestinal. Esto es evidente en estudios que examinan los efectos del estrés en la función gastrointestinal y también en estudios que evalúan la psicopatología en pacientes con trastornos gastrointestinales funcionales que demuestran una alta prevalencia de trastornos de ansiedad y depresión en estos individuos. La adversidad en la vida temprana, como el abuso sexual y físico, se informa con mayor frecuencia en pacientes con trastorno digestivo funcional.
¿Qué es la ansiedad?
La ansiedad es una parte normal de la vida y constituye una respuesta habitual a las situaciones cotidianas. Ante una señal o amenaza de peligro se produce una reacción que nos ayuda a afrontar y responder.
Así, un cierto grado de ansiedad es incluso deseable para el normal manejo de las demandas diarias. Puede ser, como mencionamos, prepararse para un examen, ir a una entrevista de trabajo o tener que hablar en público.
Cómo controlar la ansiedad
En primer lugar hay que tener en cuenta algunas recomendaciones sobre hábitos saludables, para que posteriormente, en caso necesario, se valore la psicoterapia. Tenerlos en cuenta puede ser de gran ayuda para evitar malas digestiones, y en general somatizaciones.
- La actividad física alivia la ansiedad y estimula la liberación de endorfinas, a la vez que favorece el tránsito intestinal.
- Practica técnicas de relajación: yoga, meditación, relajación muscular progresiva, respiración diafragmática… Las personas con síndrome del intestino irritable encuentran un alivio significativo del dolor, la hinchazón y los calambres practicando técnicas de relajación. relajación.
- Ajustes en la dieta. Evite el exceso de azúcar, grasa, cafeína y alcohol. Es bueno observarse a uno mismo, pero sin excesos. A veces ciertos alimentos nos hacen sentir mal y basta con eliminarlos de la dieta para notar una mejoría. En cualquier caso, cuando la ansiedad es el principal problema, se suele observar que la misma comida a veces sienta bien y a veces no.
- Medicamentos. Algunas drogas pueden tener efectos irritantes en el sistema digestivo. Valora si en tu caso pueden influir negativamente en tu digestión. En ocasiones los antiinflamatorios si no van acompañados de algún alimento pueden provocar problemas digestivos.
- Terapia cognitivo-conductual. La terapia cognitivo-conductual enseña habilidades de afrontamiento en situaciones que pueden estar causando ansiedad y somatizaciones. En un estudio reciente de personas con síndrome del intestino irritable, el 70 por ciento notó una mejora en sus síntomas después de 12 semanas de terapia cognitiva conductual. Si quieres saber más sobre psicoterapia, lee el artículo ¿Qué es la psicoterapia? Las claves de la terapia cognitivo-conductual están bien resumidas.