La ansiedad es una emoción humana normal, que engloba sentimientos como la preocupación, la aprensión y el nerviosismo. Algunas personas son propensas a la ansiedad porque tienen un temperamento naturalmente ansioso. Para otros, su ansiedad es tan intensa que pueden tener una enfermedad mental conocida como Trastorno de Ansiedad General o TAG. La ansiedad puede ser temporal, crónica o incluso preocupar a las personas a lo largo de su vida.
Los trastornos de ansiedad pueden ser debilitantes hasta el punto de que una persona no puede trabajar o funcionar cómodamente en la sociedad. Sin embargo, existen varias modalidades que se usan comúnmente para manejar con éxito la ansiedad y tratar los trastornos de ansiedad.
¿Por qué se produce la ansiedad por la noche?
La ansiedad por la noche aparece cuando entras en ese círculo vicioso en el que sabes que tienes que dormir pero los pensamientos negativos y esa ansiedad solo alimentan esa situación negativa. Es decir, tienes sueño, pero no puedes relajarte.
Desafortunadamente, nuestra mente tiende a divagar sobre el mismo tema y, si esos pensamientos se apoderan de nuestra atención, la preocupación interrumpe nuestra capacidad para conciliar el sueño.
¿Qué provoca los ataques de ansiedad nocturna?
Normalmente cuando se tiene este problema es porque se sufre de ansiedad durante el día, pero es en la noche cuando más se exalta, porque no hay distracciones ni tareas que impidan que nuestra mente pueda para centrar la atención en otra parte que no sean nuestros propios pensamientos, nuestra mente nunca descansa.
La causa principal de esta ansiedad nocturna se debe a “rumiar” nuestros pensamientos, pensar en un tema una y otra vez automáticamente, preocupaciones, pensamientos catastróficos o pensamientos negativos automáticos. A priori no controlamos el proceso, ya que no somos conscientes de todo el “spinning” que se produce. Los temas principales pueden ser: problemas de pareja, problemas laborales, problemas económicos, dificultades con los hijos, etc., situaciones estresantes como el exceso de presión en el trabajo, la necesidad de cuidar a un familiar dependiente o enfermo, etc. o el miedo intenso a separación, muerte de un familiar, pérdida de trabajo, etc.