Cuando decides salir a pasear con tu perro, seguro que pasas por alto uno de los momentos que para mí es clave y que determinará en gran medida cómo será el paseo con tu perro, un paseo tranquilo y relajado. o un paseo frustrante que te volverá loco.
Los preparativos y la salida deben realizarse con calma para que nuestro perro no se sobreexcite con el próximo evento «el paseo».
¿Cómo trabajar con perros reactivos durante el paseo?
- Por un tiempo hay que dejar de exponer al perro al estímulo que le provoca este estrés, mientras lo ejercita física y mentalmente mediante ejercicios de obediencia. Para, de esta manera, llevar al perro a un nivel más cercano al equilibrio emocional.
- El siguiente paso es realizar un trabajo de desensibilización y contracondicionamiento: el estímulo desencadenante se introduce durante el paseo a una distancia suficiente para que el perro lo perciba pero lo tolere (sin provocar nunca la máxima reacción). La clave está en distraer al perro con un objeto, comida, palabras agradables y/o practicar ejercicios de obediencia (por ejemplo, los JUNTOS), es decir, centrar su atención en el guía que lleva la correa.
- Una vez pasado el estímulo y el perro haya conseguido lo que quería, que era conseguir que se alejara, y que el perro no haya perdido el control de su comportamiento, hay que felicitarle efusivamente con juegos y caricias. .
- Es un trabajo de larga duración que hay que practicar todos los días, con el objetivo de ir acortando poco a poco la distancia al estímulo para que al final el perro pueda estar cerca sin producir una reacción.
Lo ideal es que si tienes un perro con este problema contactes con un especialista en modificación de conducta canina para poder hacer un buen diagnóstico, ya que cada caso es diferente y poder dar una solución específica.
Convertir lo malo en bueno
Esta técnica hace referencia al contracondicionamiento. Consiste en asociar estímulos valorados como negativos con sensaciones positivas. Para ello, cuando aparezca el elemento conflictivo, puedes dirigir su atención hacia ti y ofrecerle un trozo de carne o un dulce. De esta manera, pareces tranquilo y él aprende, poco a poco, que ese estímulo no es peligroso.
Los comportamientos de confort, aunque intenten demostrar que estás a su lado y protegerlo, no son buenos si tu perro tiene miedo de salir a la calle, ya que los valora de forma muy diferente. Ante este tipo de reacciones, los perros sienten que hay algo de qué preocuparse, lo que acaba confirmando y reforzando su miedo.