Algunas de las posibles explicaciones de los problemas de visión debidos a la ansiedad pueden estar relacionadas con:
- Cambios en los niveles de azúcar en sangre
- Aumento de la presión arterial
- Agotamiento físico
Problemas visuales asociados al estrés
Mioquimia. O lo que es lo mismo, tics o temblores involuntarios en los ojos. Suelen aparecer en el párpado inferior, aunque pueden afectar a cualquier fibra muscular situada en la zona periorbitaria. Están claramente asociados con el estrés, la tensión nerviosa y la falta de sueño, así como con el consumo excesivo de cafeína y estimulantes. Con un adecuado descanso y masajes en la zona, suelen desaparecer rápidamente y sin secuelas.
Fatiga visual. También se conoce como estrés visual o astenopía. Suele surgir después de pasar muchas horas mirando la pantalla del ordenador, la tablet o el móvil. Provoca dolores de cabeza, dificultad para enfocar la vista y dificultad para leer. Además, se acompaña de cansancio general, visión borrosa o visión doble. Este desorden se palia controlando el tiempo de exposición a las pantallas, realizando descansos e intentando trabajar en buenas condiciones de iluminación.
Ansiedad y visión borrosa, ¿qué puedo hacer si me pasa seguido?
El fenómeno de la visión borrosa asociado a trastornos como el estrés, la depresión o la ansiedad suele ser temporal. Así, y como hemos señalado, se acompaña de un amplio abanico de síntomas, generalmente más molestos: dolores de cabeza, insomnio, trastornos digestivos, dolores musculares…
Lo más importante es gobernar fuera en primer lugar los problemas visuales. Para ello, nunca está de más consultar con el oftalmólogo. Una vez que tenemos claro que no hay ningún problema en la salud ocular, es hora de centrarnos en la raíz del problema: la ansiedad.