Los trastornos o síndromes depresivos, a los que tradicionalmente nos referimos bajo el término genérico de depresión, son una enfermedad mental que puede tener diferentes grados y clasificaciones que van desde los trastornos depresivos reactivos o adaptativos hasta el trastorno depresivo mayor en su vertiente más grave.
En cualquier caso, el paciente deprimido presenta síntomas de ánimo deprimido, pérdida de interés o anhedonia, sentimientos de inutilidad, ansiedad, llanto o ideas de muerte. Sea como fuere, el factor determinante para acogerse a la invalidez por depresión es que se trate de un trastorno depresivo mayor, siendo este grado de la enfermedad el único que puede dar lugar a una invalidez permanente absoluta.
¿Se ha concedido alguna vez una incapacidad por ansiedad?
Sí, se han concedido incapacidades permanentes por ansiedad, pero suelen ir acompañadas de otras patologías que agravan la ansiedad.
Estos son algunos casos en los que sería factible solicitar la invalidez por ansiedad:
Invalidez Permanente Total
Dado que la ansiedad es una enfermedad mental, la invalidez total por a la ansiedad se otorga a aquellas personas que necesitan cierta agilidad mental y nivel de concentración para su profesión. Hay cientos de profesiones que necesitan agilidad mental y concentración para su desempeño: conductor profesional, policía local, técnicos eléctricos, comerciales, gerentes y consultores, arquitectos, médicos, abogados, contadores, y un sinfín de profesiones más.
En resumen; si se necesita concentración y agilidad mental, no seremos capaces de ejercer nuestra profesión si sufrimos ansiedad. Por tanto, se concederá la incapacidad permanente total.