Aquí tienes una serie de 8 poderosos consejos para frenar esta ansiedad:
- Recuerda que no estás en peligro real. Seguro que la situación no es tan grave como parece.
- Siéntate o acuéstate en un lugar cómodo y respira lenta y relajadamente varias veces. Trate de concentrarse únicamente en el ritmo de su relajación y en el aire que entra y sale de sus pulmones.
- Sal del lugar donde te encuentres, te ayudará a distraerte. Puedes pedirle a alguien que te acompañe a dar un paseo.
- Practica diariamente ejercicio físico, meditación, yoga o pilates. Te ayudará a conectar con tu cuerpo y relajarte.
- Planifica tus tareas para que también tengas tiempo para descansar. Si hay algo que no te da tiempo, déjalo para el día siguiente y dedícale el tiempo necesario. Es muy importante tener tiempo en el día para descansar y no sobrecargarse.
- Cuando sientas los síntomas de la ansiedad, intenta centrar toda tu atención en un objeto que tenga cierto significado para ti. Describe físicamente sus colores, su forma, su tamaño… y luego describe qué significa para ti, quién lo compró, qué estabas haciendo ese día, etc. Te ayudará a desviar tu atención de los pensamientos negativos.
- Anota en un papel los pensamientos negativos que estás teniendo e intenta cuestionar su veracidad, verás que no son tan graves como crees.
Prólogo del libro
Desde tiempos inmemoriales, millones de personas en todo el mundo han experimentado ansiedad. El papel que ha tenido y tiene dicha ansiedad es diferente según la intensidad con la que se presente. De esta forma, niveles leves o moderados de esa emoción tienen un efecto beneficioso, ya que facilitan una mejor realización de determinadas actividades. Esto se debe a que se incrementa la atención y la motivación.
Sin embargo, cuando la ansiedad se vuelve severa, puede causar un deterioro total y permanente, con complicaciones graves en algunos casos, tales como: abuso de drogas, problemas laborales o académicos, e incluso problemas personales importantes y de relación con los demás. Y siempre con un sufrimiento considerable para la persona que padece dicho trastorno de ansiedad.
Integrar el mindfulness en la vida diaria
Mindfulness es aquella práctica saludable, beneficiosa y revulsiva capaz de mejorar la calidad de vida. Estudios como el realizado en la Universidad de Stanford confirman su eficacia para reducir el estrés y la ansiedad.
Para superar estas emociones no hace falta asistir a una sesión de mindfulness al año, al semestre o simplemente “cuando lo necesitamos” o “en los momentos cumbre”. En realidad, debemos intentar integrarlo en el día a día, de tal forma que sea una herramienta cotidiana, capaz de ayudarnos a gestionarnos en todo momento.