Como bien sabemos, la alimentación, la higiene y el cuidado personal en general afectan en gran medida a la salud de nuestro cabello. Cuando sufrimos ansiedad en forma de preocupación o malestar, es muy fácil abandonarnos a nosotros mismos. Comeremos peor, prestaremos menos atención a nuestros cuidados básicos, tendremos problemas para dormir y lo que menos nos preocupará es si nuestro cabello está en buenas condiciones. Y lo que es más preocupante, cuando notemos todos estos cambios en nuestro cuerpo, nuestra ansiedad aumentará al ver cómo estamos, reduciendo aún más las conductas adecuadas. Como ves, fácilmente entramos en un círculo vicioso del que es muy difícil salir, impulsados por los nervios que surgen al pensar que no hay forma de solucionar nuestra situación. Con esto en mente y una vez aceptado el problema, nos centraremos en todos los aspectos que rodean a nuestro cabello, ya mencionados. Hay que tener cuidado en este punto ya que, en muchas ocasiones, y más si la caída del cabello es aguda, se entra en una dinámica de actuación sobre él que puede resultar aún más perjudicial. Hay que evitar a toda costa: – Comprar mil botes de champús y lociones diferentes – Revisarlo cada pocos minutos – Lavarlo con mucha fuerza – Etc… Todos ellos tienen en común ser cambios muy drásticos en nuestro cuero cabelludo que lo único lo que van a lograr es deteriorarlo aún más. Es un revés que no solo nos costará dinero y tiempo, sino que nos hará sentir aún peor cuando veamos que nuestros esfuerzos desmedidos no conducen a nada.
Para afrontar estos cambios es muy recomendable pedir ayuda a nuestros amigos y familiares. Pedir ayuda no significa que nos rebajemos, ni que tengamos que admitir cosas aparentemente vergonzosas sobre nosotros mismos. Esa increíble caída de cabello que estamos sufriendo y que tanto nos atormenta puede que no sean más de cuatro mechones sueltos en la peine, sin que se noten como imaginábamos. Al igual que saber que tenemos un problema, es importante poder evaluarlo adecuadamente, tanto en alcance como en gravedad. Un último punto importante es saber cuándo debemos esperar cambios. Las consecuencias negativas de la ansiedad se van instalando poco a poco en nosotros, sin que nos demos cuenta hasta que quedan bien marcadas en nuestro aspecto o en nuestra forma de comportarnos. Del mismo modo, las soluciones que apliquemos requerirán tiempo para que se noten sus beneficios. En el cabello es algo más complicado ya que no tendremos referencias directas a la pérdida que hemos sufrido y, por su propia lógica, estar de mejor humor no hace que el cabello perdido vuelva por arte de magia a su sitio. Sí, en cambio nos puede ayudar a buscar una mejoría más profunda, ya sea descubriendo nuevos productos para cuidarla o informándonos de los tratamientos más profundos existentes, siendo una forma muy positiva de afrontar la ansiedad.
Mujer de 38 años con insomnio, ansiedad y caída del cabello
¿Puede el estrés provocar la caída del cabello? Sí, los estudios sugieren que el estrés afecta los folículos pilosos y provoca la caída del cabello. Factores como el estrés físico y emocional, las lesiones y la ansiedad pueden desencadenar la caída del cabello. Incidentes como accidentes, hospitalización, infecciones, cargas financieras, deudas, muerte de un ser querido, problemas relacionados con el trabajo, etc., contribuyen significativamente al estrés.
Si la pérdida diaria de cabello supera los 80-100 cabellos habituales, es posible que tenga pérdida de cabello relacionada con el estrés. Si nota calvas en el cuero cabelludo, puede ser un signo de alopecia areata. Si ha tenido la necesidad de arrancarse el cabello, puede ser una tricotilomanía inducida por el estrés.
Y que pasa en ese tramo de los 3 primeros meses?
El efecto muda, también conocido como efluvio telógeno o shock loss, consiste en que una persona que está en tratamiento para la alopecia no sólo no tiene la sensación de que no gana pelo, sino que tiene la percepción que está perdiendo más ya un ritmo más rápido. Obviamente, esto muchas veces lleva a que los pacientes a veces se acerquen a estos tratamientos con desgana, abandonándolos pensando que en vez de beneficiarlos los están perjudicando, que su organismo no responde a los medicamentos y que el tratamiento no funciona. en tu caso. A menudo comenta que “algo anda mal”, que “en lugar de ir para adelante va para atrás”, que “es peor el remedio que la enfermedad”…
La muda es un concepto que muchas veces se confunde. Literalmente, el verbo «to shed» en inglés significa separar. Es por ello que muchas veces se utiliza incorrectamente el término como sinónimo de caída del cabello, ya que lo cierto es que la caída es sólo el paso del folículo de una fase de crecimiento a una fase de reposo, para volver a crecer durante un tiempo. después.