Varios factores influyen en el origen y mantenimiento de los trastornos de ansiedad. De forma sintética, podemos agruparlos en tres grandes grupos: factores predisponentes, relacionados con la vulnerabilidad, especialmente de carácter biológico, del individuo a padecer un trastorno; factores activadores, ligados a la percepción de peligro o amenaza y capaces de activar el trastorno; y factores de mantenimiento, que contribuyen a mantener el trastorno una vez que aparece.
La ansiedad no se reduce a ninguno de estos factores aisladamente, sino a una cierta relación entre ellos, sin que necesariamente tengan que concurrir todos los trastornos, ni las personas que los padecen, todos y cada uno de ellos, a la misma medida.
¿Cómo vive una persona con trastorno de ansiedad generalizada?
En algún momento de la vida, todas las personas estamos expuestas a padecer algún tipo de trastorno de ansiedad. Es una alerta de que hay algo que puede no estar yendo bien y si no se trata puede tener consecuencias negativas para nosotros y nuestro entorno.
Si bien es cierto que el tratamiento reduce los síntomas, la persona que padece este trastorno puede seguir presentando algunos de ellos una vez finalizado el proceso. Por eso hay que seguir una serie de indicaciones para ayudar a vivir con la ansiedad:
¿Puedo hacer algo más para superar la ansiedad?
Esta es la actitud. Consultar, ¡no en Dr Google, por favor! – preguntar, pedir ejercicios. De hecho, tu psicólogo está ahí para eso; resolver dudas, explicar, aportar recursos, así como tratar.
A veces he visto pacientes que después de escuchar el diagnóstico han dicho “bueno, se me pasará”, “esperaré un rato a que me pase”… pero la ansiedad “no no se va” con el tiempo porque no es un resfriado ni una gripe.