Al igual que años anteriores, 2020 comenzó con una nota de esperanza. El número -2020- en sí mismo fue inspirador, sugiriendo una claridad y agudeza visual óptimas. La pandemia de COVID-19 y los recientes disturbios civiles han cambiado la vida cotidiana, poniendo a prueba nuestra resiliencia. No sabemos cómo vamos a vivir la ‘nueva normalidad’. Durante la nueva normalidad estaremos de luto por las vidas, momentos y oportunidades perdidas. Pero con suerte, la nueva normalidad también traerá una nueva apreciación por la conexión, la libertad de hacer las cosas que disfrutamos, el toque humano e incluso la tecnología. Esperamos que la nueva normalidad esté llena de esperanza por la igualdad, la empatía y el diálogo sobre lo que nos une para superar lo que nos divide. Aunque no siempre podemos evitar o eliminar el sufrimiento y el dolor, podemos practicar la empatía y escuchar para comprender y no para estar de acuerdo. Podemos intentar tener conversaciones incómodas que lleven a la comprensión y al amor. Podemos trabajar para encontrar nuestra propia voz y luego usarla para cultivar la esperanza y el amor.
Algunos de los síntomas de ansiedad y sus interpretaciones erróneas más frecuentes son:
- Taquicardia – ¡Me está dando un infarto!
- Náuseas: – ¡Tengo una úlcera, problemas digestivos!
- Ver “lucecitas”, sentir que la luz te molesta, visión borrosa, sensación de estar fuera de nuestro cuerpo
- Mareo – ¡Me estoy volviendo loco@!,
- ) Vértigo ,– ¡Me voy a desmayar delante de todos! ¡Puedo perder el control en cualquier momento!
- Atragantamiento, dificultad para respirar, hiperventilación – ¡Me voy a ahogar!..
- Dolor en el pecho y/o brazo: –¡Me está dando un infarto!
- Temblores, pinchazos, calambres – ¡Tengo una enfermedad grave, problemas cerebrales…! Recuerda como te decía en el artículo anterior que la ansiedad es una alarma interna que nos prepara para huir del peligro. Piensa que le estamos diciendo a nuestro cuerpo que va a pasar algo terrible (me va a dar un ataque, me voy a volver loco…)…, entonces nuestro cuerpo reacciona y se activa dando prioridad a las partes de nuestro cuerpo necesarias para correr. lejos y descuidando aquellos que no serían útiles en ese momento…
- (Taquicardia – el corazón bombea más fuerte y más rápido para enviar sangre a las áreas vitales),
- Náuseas, (disminuye la actividad en el aparato digestivo, ya que no es necesario en ese momento escapar),
- Ver «lucecitas» sentir que la luz te molesta, manchas en la visión (las pupilas se agrandan y se dilatar para aumentar la visión al escapar), visión borrosa, sensación de estar fuera de nuestro cuerpo, mareos (el oxígeno no llega a nuestro cerebro ya que en ese momento es necesario que se concentre en las piernas para escapar…. ,
- Atragantamiento, dificultad para respirar, hiperventilación (aumento de oxígeno en la sangre para escapar), dolor en el pecho y/o brazos, pinchazos (por mantener los pulmones demasiado llenos durante mucho tiempo, tensión muscular continua y posturas incorrectas continuadas),
- Temblores, pinchazos, calambres propios de la tensión muscular necesaria para correr…)