En el cuerpo humano, las partes física, emocional y espiritual están conectadas e interrelacionadas. Por este motivo, la ansiedad o el estrés prolongado no solo provocan síntomas mentales, sino que también pueden derivar en dolencias físicas, como contracturas, tensión o rigidez muscular. Tal y como nos cuenta José Luis Tabueña, jefe de la Unidad de Fisioterapia de SHA Wellness Clinic, “en la mayoría de los casos, un desequilibrio muscular previo es el verdadero origen del dolor, que se agrava por el estrés continuado o estados de ansiedad. De ahí que cuando no hay una buena salud de la actividad muscular, los continuos estímulos estresantes acentúan la tensión y el dolor”.
Por lo tanto, gozar de una buena salud física y mental es la mejor manera de prevenir y aliviar las contracturas provocadas por una mala gestión emocional. Pero, como explica José Luis, “si queremos resultados más efectivos, debemos trabajar la musculatura para conseguir un correcto equilibrio muscular. Así, cuando tengamos que hacer frente a un estímulo estresante, estaremos mejor preparados. El desequilibrio muscular se debe a que ejercitamos más unos músculos que otros y esto provoca compensaciones que afectan a la buena armonía de la función muscular, lo que nos hace más vulnerables y sensibles a los dolores musculares provocados por el estrés o la ansiedad”. Para evitarlo, José Luis recomienda los ejercicios, disciplinas y terapias más eficaces:
Cómo afrontar la ansiedad
Para paliar el dolor muscular provocado por la ansiedad hay que tratar el trastorno que la provoca. son esos dolores. Es decir, debemos tratar la ansiedad mediante terapia psicológica. Una vez que tratamos la ansiedad, todos sus síntomas desaparecerán para siempre, incluidos los dolores corporales antes mencionados. Además de la terapia, las siguientes recomendaciones nos pueden ayudar a superar la ansiedad:
- Apóyate en tus seres queridos. Debes hablar con las personas más cercanas a ti y explicarles lo que te está pasando. Es importante que obtenga toda la ayuda que pueda para superar su ansiedad. Sentirte apoyado por tus seres queridos te ayudará a sobrellevar mejor la angustia y la tensión que te provoca la ansiedad.
- Activar. Aunque te duelan los músculos y las articulaciones, haz actividades que te permitan tener la mente despejada y te hagan sentir bien. Puedes probar deportes, ir al cine o simplemente caminar. Haz todo lo que te gusta y te hace sentir bien.
- Mantén una rutina. Organízate para que tengas tiempo para todo sin agobiarte. Debes tener tiempo para hacer tus actividades diarias, pero también debes tener tiempo para estar con la familia, para descansar y para ti mismo. Si tienes un día organizado tendrás una mente organizada y habrá menos lugar para la ansiedad.
- No te exijas demasiado. El día solo tiene 24 horas, así que distribúyelo para tener tiempo para todo. No desea cubrir más de lo que puede hacer, así que no se esfuerce y haga solo lo que pueda. Si generas más angustia tu ansiedad también crecerá.
- Conectar. No te aísles y sal a interactuar con tus amigos y familiares, e incluso ten el atrevimiento de conocer gente nueva. Vuelva a estar con sus seres queridos y diviértase lo mejor que pueda. No te cierres a ti mismo.
- Relájate. Es fundamental que sepas relajarte. De esa manera puedes controlar tu ansiedad de manera más efectiva. De esta forma, puedes probar con técnicas tan sencillas como la respiración diafragmática, o quizás con disciplinas como el tai chi o el yoga. Todo lo que te permita estar relajado siempre es positivo.
- Busque ayuda profesional. La terapia es el único tratamiento afectivo para superar la ansiedad, y así poder prevenir los dolores musculares. De esta forma, si padeces este trastorno, no dudes en buscar ayuda psicológica. La terapia te dará todas las herramientas que necesitas para lidiar con tu ansiedad y angustia.
Tensión muscular
La principal emoción detrás de la ansiedad es el miedo. Nuestro cuerpo responde a las emociones. Cuando tenemos miedo nuestros músculos se contraen como mecanismo de defensa y esto puede dar lugar a lo que conocemos como tensión muscular. Nuestro cuerpo tiene memoria y acumula tensión, esta es la explicación de por qué también podemos sufrir esos pinchazos en el pecho cuando estamos en un momento aparentemente tranquilo.
Cuando sufrimos ansiedad debemos tener en cuenta que los patrones respiratorios que establecemos pueden estar alterados (respiración superficial, agitada…) Este tipo de patrón respiratorio hace que los músculos intercostales y los del contorno del tórax se contraigan. sufren alteraciones que se manifiestan en forma de pinchazos.