Si crees que experimentas ansiedad por comer y quieres eliminar este tipo de métodos para saciar tu hambre emocional, aquí tienes algunos consejos que puedes aplicar en tu día a día para evitar ir a comer por este trastorno.
- Identificar los desencadenantes emocionales de la alimentación impulsiva: Normalmente, estas ganas de comer se desencadenan por ciertos sentimientos de tristeza o antojo.
- Lleva un registro de tu alimentación emocional: de esta forma, puedes intentar identificar los patrones que te llevan a comer de esta forma, anotando cómo te sientes en esos días en los que no puedes superar la ansiedad y empezar a comer de forma regular. mucho debido a tus emociones.
- Busca otras formas de alimentar tus sentimientos: si no sabes controlar la ansiedad por comer, así como controlar las emociones que te hacen sentir muchas ganas de comer, no podrás superar estos sentimientos, por lo que es importante encontrar otras formas de manejar sus emociones.
- Tómate un respiro cuando surjan los antojos: la mejor manera de superar la ansiedad es intentar detener los antojos que producen estas emociones. En estos casos, una pausa reflexiva puede ayudarte a saber cómo frenar esta ansiedad.
- Aprende a aceptar tus sentimientos: la ansiedad por comer suele surgir porque las personas se sienten impotentes ante sus emociones. Al no poder lidiar con sus sentimientos de frente, intentan eliminar la ansiedad a través de la comida. Por lo tanto, es importante que te permitas sentir esas emociones incómodas que te asustan.
¿Qué puede causar ansiedad por comer?
Hoy en día, la ansiedad por comer viene dada por la velocidad en la que vivimos. Esto también lleva a comer rápido, no desayunar y cenar abundantemente. Por lo tanto, las necesidades nutricionales no se satisfacen adecuadamente.
Respeta los horarios de las comidas
No es saludable saltarse ninguna comida. Es un error muy común pensar que por no almorzar o por saltarse el desayuno se adelgaza. Permitir mucho tiempo entre comidas aumentará su apetito, por lo que comerá más y con más prisa.
Por lo tanto, no deben pasar más de tres horas entre cada comida y no menos de una hora y media.