He hecho muchas presentaciones y no tengo ningún problema en admitir que es difícil. Para aquellos que no nacen con elocuencia natural, hablar en público puede ser un dolor de cabeza.
1. Practica.
Sustituye las bebidas «energéticas» y el café por agua
Las bebidas energéticas tienen el doble de cafeína que el café normal, no aportan energía real, la cafeína es un estimulante tanto del sistema nervioso como cardiovascular , un consumo excesivo puede dar lugar a un cuadro de intoxicación que se manifiesta como nerviosismo, ansiedad, insomnio, temblores y taquicardia. Beber agua, por otro lado, ayuda a mantenernos hidratados. Si estamos deshidratados, aumenta la circulación de cortisol (hormona del estrés), y se ponen en marcha los mismos procesos fisiológicos que cuando el cuerpo se encuentra en una situación de peligro o preocupación.
«El cuerpo humano es la mejor imagen del alma humana.» -Ludwig Wittgenstein. No hace falta ser un deportista de élite ni competir todas las semanas. Sal a caminar 30 minutos al día, boxea, haz yoga o tai chi, elige ejercicios que te relajen, el ejercicio físico oxigena los pulmones y ayuda a mantener la mente en calma, por eso sirve como «terapia preventiva» en una situación de mucho estrés, nervios y/o ansiedad y ayuda a nuestro estado de ánimo diario. Obtenga más información en nuestro artículo: «Mueve tu cuerpo: ¡Deporte y salud mental!»
Irritabilidad
Experimentar cambios bruscos de humor sin motivo aparente es el principal indicio de que la persona puede estar a punto de sufrir una crisis nerviosa.
En este caso, la irritabilidad implica reaccionar negativamente ante casi cualquier cosa.