- Para cuidar a los demás, primero debes cuidarte a ti mismo.
- Pide ayuda tanto a otros familiares como a profesionales que puedan aliviar la carga de trabajo.
- Favorecer la independencia del enfermo. Siempre que sea posible, deje que la persona que está cuidando realice ciertas tareas por su cuenta. Esta autonomía es positiva para ambos.
- Busca información sobre atención domiciliaria o grupos de terapia de cuidadores.
- Dedícate unas horas al día a hacer deporte, retomar aficiones o descansar.
- No abandonar las relaciones personales y sociales. Deben ser un apoyo fundamental para el cuidador.
- No tomar medicamentos sin supervisión.
- Acepta la situación y trata de enfocarte en una visión positiva.
- Sea realista sobre el curso y el resultado de la enfermedad.
Con todo esto podemos apreciar que tener cuidado de personas dependientes en el propio entorno familiar es una situación muy común en nuestra cultura, y esto tiene muchos aspectos positivos para nuestra sociedad, pero también en términos de negativos Algunos de estos aspectos negativos se derivan de la enfermedad del cuidador y para prevenirlos es muy importante ser consciente de que para cuidar a otras personas, los familiares que los cuidan también tienen que cuidarse a sí mismos.
¿Qué es el Síndrome del Cuidador Burnout?
El Síndrome de Burnout del Cuidador es un profundo agotamiento emocional y físico que experimenta una persona que vive con una persona dependiente y la cuida. Esto se debe a que está expuesto a una serie de factores que acaban absorbiendo su vida personal, como el cansancio, la sobrecarga y el estrés del cuidador. A la persona que padece este trastorno se le suele llamar «el cuidador agotado».
Cuidar de otro es un trabajo extremadamente duro y si a eso le sumamos una dedicación exclusiva las 24 horas del día o gran parte de él, la tarea se vuelve aún más complicada. Por ello, el Síndrome del Cuidador es muy común entre los cuidadores de personas mayores, especialmente los cuidadores familiares.