La ansiedad es algo normal del día a día. Constituye una respuesta habitual a las situaciones cotidianas de la persona. Ante una señal o amenaza de peligro se produce una reacción que nos ayuda a afrontar y responder. Así, un cierto grado de ansiedad es incluso deseable para el normal manejo de las exigencias del día a día. Puede ser prepararse para un examen, ir a una entrevista de trabajo o tener que hablar en público.
El problema viene cuando el paciente se excede en la intensidad de la respuesta que la hace intolerable. En otras palabras, cuando la ansiedad afecta a la vida diaria y dificulta la capacidad de adaptación de la persona, es el momento de considerarla un problema que requerirá un tratamiento adecuado para poder vivir con este problema.
Síntomas de ansiedad y nerviosismo en el estómago ante peligros reales o ficticios
Y después de esta demostración de heroísmo te preguntarás: ¿Qué tiene que ver todo esto con mis síntomas de ansiedad y nerviosismo en el estomago?
Pues muy sencillo. Nuestro cerebro no distingue entre un peligro real o un peligro ficticio, por lo que este sistema de protección involuntaria también se pondrá en marcha cuando el cerebro detecte lo que consideras un contratiempo, peligro o problema a solucionar. De la misma forma que nuestros antepasados hace 200.000 años.
¿Cuál es la solución?
Abordar el origen de mi problema, para ello tendré que saber el motivo de mi ansiedad, entender por qué se activa mi sistema de alarma, qué es lo que me asusta. Y aprender a enfrentar ese miedo que tengo que activa mi ansiedad. Para ello, la terapia cognitivo conductual y en concreto las técnicas de exposición gradual para hacer frente a la ansiedad y los miedos suelen ser muy eficaces. Si ya has probado ansiolíticos, has acudido a un médico especialista en tu problema estomacal o digestivo y no estás solucionando tu problema, te recomiendo que acudas a un psicólogo especialista en ansiedad.
Rubén Blasco, Psicólogo Colegiado nº 14830. Más información en: tratamiento-ansiedad-depresion.com