Al igual que años anteriores, 2020 comenzó con una nota de esperanza. El número -2020- en sí mismo fue inspirador, sugiriendo una claridad y agudeza visual óptimas. La pandemia de COVID-19 y los recientes disturbios civiles han cambiado la vida cotidiana, poniendo a prueba nuestra resiliencia. No sabemos cómo vamos a vivir la ‘nueva normalidad’. Durante la nueva normalidad estaremos de luto por las vidas, momentos y oportunidades perdidas. Pero con suerte, la nueva normalidad también traerá una nueva apreciación por la conexión, la libertad de hacer las cosas que disfrutamos, el toque humano e incluso la tecnología. Esperamos que la nueva normalidad esté llena de esperanza por la igualdad, la empatía y el diálogo sobre lo que nos une para superar lo que nos divide. Aunque no siempre podemos evitar o eliminar el sufrimiento y el dolor, podemos practicar la empatía y escuchar para comprender y no para estar de acuerdo. Podemos intentar tener conversaciones incómodas que lleven a la comprensión y al amor. Podemos trabajar para encontrar nuestra propia voz y luego usarla para cultivar la esperanza y el amor.
Tengo una sensación de frío en el pecho ansiedad
La ansiedad tiene muchas manifestaciones y, en algunos casos, puede alterar nuestra temperatura corporal. Así como la sudoración es un síntoma, puede aparecer una sensación de frío en el pecho o incluso escalofríos. Esto sucede porque el cuerpo se enfría como una forma de evitar el aumento de temperatura que genera automáticamente el sistema de lucha o huida.
Para algunas personas, esta sensación de frío precede incluso a un episodio de ansiedad o un ataque de pánico, que podemos aprovechar si aplicamos técnicas de relajación y prevenirlos Recuerde que esta sensación de frío debería desaparecer cuando la ansiedad disminuya.
Entonces… ¿no me va a dar un infarto?
Este síntoma se confunde frecuentemente con alguna alteración en el corazón, lo que provoca mucho temor y preocupación en las personas afectadas.
Hay que tener claro que este síntoma no tiene nada que ver con un infarto de miocardio. Los ataques cardíacos son causados por un coágulo de sangre que bloquea una de las arterias coronarias (que transportan sangre y oxígeno al corazón) de modo que la sangre no llega al tejido cardíaco. La falta de oxígeno es la causa de la muerte de las células miocárdicas. Normalmente esta obstrucción se produce porque estas arterias se han ido engrosando por un exceso de colesterol, que junto con algunas células van formando placas. Estas placas pueden desprenderse y taponar la luz arterial estrechada.