Los ataques de ansiedad (también ataques de ansiedad o ataques de pánico) se presentan de manera diferente en cada persona.
A veces es fácil determinar las circunstancias o factores que las desencadenan, pero en un principio no siempre es así.
Cómo controlarlo
El problema empezará a empeorar si se repite la crisis, que suele ser la regla en la evolución del trastorno. Debemos saber que un ataque de ansiedad tiende a un círculo vicioso donde los síntomas fisiológicos y cognitivos se retroalimentan.
De forma sencilla, si nos encontramos ante una situación de taquicardia y dolor torácico, podemos pensar que vamos a morir y obviamente este pensamiento elevará todos nuestros niveles de ansiedad. De esta forma, la persona no solo sufre ansiedad durante la crisis, también puede desarrollar “miedo al miedo” o fobofobia. Con esto entramos en otro de los componentes típicos de los trastornos de pánico: la conducta de evitación fóbica.
Trastorno de ansiedad por separación
El trastorno de ansiedad por separación se refiere a un miedo intenso a perder o ser separado de un ser querido. Esta ansiedad severa puede hacer que la persona evite salir o dormir sin su ser querido. Las pesadillas sobre la separación también ocurren con este trastorno de ansiedad.
Estos sentimientos suelen desarrollarse en la infancia, pero no se limitan a este período de tiempo. Deben persistir durante seis meses en adultos para cumplir los criterios de este trastorno de ansiedad.