Las manifestaciones sintomatológicas de la ansiedad son muy variadas y se pueden clasificar en diferentes grupos:
Físicas: Taquicardia, palpitaciones, opresión en el pecho, dificultad para respirar, temblores, sudoración, molestias digestivas, náuseas, vómitos, » nudo» en el estómago, trastornos de la alimentación, tensión y rigidez muscular, cansancio, hormigueo, mareos e inestabilidad. Si la activación neurofisiológica es muy alta, pueden aparecer trastornos del sueño, de la alimentación y de la respuesta sexual.
¿Por qué aparecen?
La ansiedad es, como ya sabemos, un estado de activación del organismo, que se desencadena para prepararnos ante un posible peligro y/o amenaza y así garantizar nuestra supervivencia. Para conseguirlo, se activan determinadas funciones corporales (por ejemplo, aumenta la tensión muscular -para atacar con fuerza un peligro potencial o movilizar las piernas para poder correr más rápido y escapar o huir de la amenaza-, el corazón bombea más rápido para llevar más sangre oxígeno, etc.) y se desactivan otras funciones corporales, que se consideran innecesarias, obstáculos o irrelevantes para poder movilizar la conducta de ataque o huida ante el peligro.
Pues precisamente una de esas funciones que el cuerpo paraliza cuando tenemos ansiedad es la función digestiva, ya que el estómago requiere mucha energía para procesar los alimentos ingeridos, y esta energía es necesaria para atacar o huir. El peligro. Como consecuencia de ello, es lógico que aparezcan síntomas gastrointestinales como náuseas, vómitos o incluso gases o acidez estomacal, entre otras molestias digestivas.
Sana tu sistema digestivo
Si sientes muchas náuseas, es posible que tu sistema digestivo se haya visto afectado de alguna manera. Por eso, lo primero que debes hacer es tratar los problemas en tu sistema digestivo y evitar que empeoren.
Puedes optar por medicamentos para tratar problemas de estómago, pero también te recomendamos que consideres opciones naturales: tisanas, ejercicios de respiración, aromaterapia, etc. Las infusiones de jengibre o manzanilla son muy útiles para tratar problemas de estómago.