- Antojos y “ataques de gula”: mientras que el estrés hace que algunas personas pierdan el apetito, otras tienen antojo de chocolate, comida chatarra, bebidas carbonatadas y con cafeína, nicotina y alcohol. Puede que te dé un respiro de diez minutos, pero aparecerá el efecto rebote, y además habrás empeorado tu salud.
- Cortes y moretones: ¿Alguna vez has descubierto marcas en tu cuerpo y no recuerdas cómo te las hiciste? Bueno, lo más probable es que haya sucedido cuando estabas estresado. En este estado de estrés agudo, la sangre en las extremidades es menor (vasoconstricción) y también liberas endorfinas, que disimulan y mitigan el dolor, por lo que un golpe o un pequeño corte puede pasar totalmente desapercibido.
- Caída del cabello: El estrés puede alterar la absorción de ciertos oligoelementos y aminoácidos esenciales para el crecimiento del cabello. También puede causar el estrechamiento de las arterias, lo que limita el flujo de sangre al cuero cabelludo.
- Picazón y erupciones en la piel: Muchos trastornos de la piel, como el eczema, empeoran con el estrés. A veces siente comezón y se rasca sin razón aparente cuando está bajo estrés. El flujo de sangre se desvía de la piel a los órganos vitales, lo que agrava las alergias y erupciones existentes. También se libera histamina, un químico involucrado en las reacciones alérgicas.
- Piel estresada: La piel es el órgano más grande y más visible del cuerpo por lo que tiende a registrar estrés con bastante rapidez. Si tu piel tiende a estar seca, el estrés la vuelve más seca y si eres propensa a las manchas, el estrés las acentuará. La adrenalina hace que el acné empeore, y también provoca enrojecimiento o enrojecimiento incontrolable.
- Piel debilitada: con posibilidad de eccema o urticaria y fácil aparición de arrugas. Piel más seca ya que la producción de colágeno y elastina se reduce como resultado del estrés.
- Te enfermas más: ya que el sistema inmunológico es uno de los afectados por el estrés crónico y nos deja desprotegidos frente a los enemigos del sistema inmunológico.
- Insomnio: La tensión excesiva dificulta la conciliación del sueño, además de empeorar la calidad del mismo cuando dormimos. Las horas de sueño tampoco son del todo reparadoras.
- Cervicales: Estas duelen y es común cuando se sufre de estrés. Se produce por la tensión acumulada y pellizca la zona, sobre todo cuando se dan situaciones negativas como reuniones tensas, discusiones, etc. la química no funciona correctamente y el sistema inmunológico se deteriora.
Además, el estrés disminuye la producción de fibras de colágeno y elastina que dan elasticidad a la piel, provocando una mayor flacidez. Después de los 40, los efectos del estrés pueden ser permanentes.
Problemas traumatológicos
El dolor en el brazo izquierdo por encima del codo, que generalmente va desde el hombro, puede ser causado por algunas patologías traumatológicas. Los principales son:
Ambos provocan dolor muscular en el brazo izquierdo, en la zona lateral y en el hombro. Es una sensación de daño pesado y constante. Aunque duele el hombro, en estos casos la lesión se ha producido en el hombro del paciente.
¿Qué debo hacer para controlar mi ansiedad?
A pesar de que es un sentimiento natural del organismo ante una amenaza, es necesario controlarlo ya que, por los síntomas que presenta, puede ser altamente incapacitante, cronificarse o a la depresión
Si manifiestas constantemente los síntomas antes mencionados, es necesario acudir a un médico especialista para determinar el tratamiento más adecuado. En general, el objetivo del tratamiento es que la persona pueda controlarlo. Un abordaje óptimo en las personas con ansiedad permite dotarlas de las herramientas necesarias que promuevan una forma adecuada de canalizar las situaciones que les generan ansiedad. El tratamiento varía según la persona y su situación y puede basarse en: