Solo tener que definir el concepto de “Ansiedad” es algo complejo, ya que es normal encontrar confusión, no solo en el público en general sino también entre los profesionales de la salud.
Existe cierta confusión entre ansiedad, angustia y estrés, usándose estos términos indistintamente y confundiéndose entre sí.
La presión por alcanzar el éxito y las altas expectativas
Según una encuesta anual realizada por la «Investigación en Educación Superior» en 2016, al preguntar a los matriculados en el primer año de universidad si son abrumados por todo lo que tienen que hacer, el 41% de los jóvenes responde “sí”, una cifra muy alta si la comparamos con el año 2000 (28%) y 1985 (18%). Las altas expectativas que tienen los jóvenes y la presión por tener éxito es una de las razones por las que los adolescentes acuden a consulta. No saben organizarse y no tienen muchas herramientas para hacer frente a las situaciones que les preocupan.
Nos permiten estar conectados, pero también son una gran fuente de ansiedad para los adolescentes. El culto al cuerpo ya la imagen genera muchas veces comparaciones y afecta su autoestima. Además, como es el medio de comunicación con sus amigos y compañeros, muchos de los problemas y discusiones que tienen entre ellos son a través de aplicaciones como WhatsApp o Instagram («He visto en una foto que no me han conocido» , «en twitter Han dicho…»).