Todo el mundo siente, de vez en cuando, síntomas de ansiedad en situaciones como hablar en público o antes de una entrevista de trabajo. Es lo que comúnmente llamamos nervios internos.
En realidad, la ansiedad es comparable a otras respuestas que experimenta nuestro cuerpo, como el dolor o la necesidad de comer o dormir. En el momento adecuado, cualquiera de estas sensaciones hace su trabajo.
Algunos datos sobre la ansiedad
En España, la tasa de población adulta afectada por algún tipo de trastorno de ansiedad alcanza el 20%. Es decir, 2 de cada 10 españoles. Esta cifra ha aumentado en los últimos años en paralelo a los casos de depresión, una enfermedad que ya afecta a entre el 10 y el 15% de la población.
Cómo controlar la ansiedad
En primer lugar hay que tener en cuenta algunas recomendaciones sobre hábitos saludables, para que posteriormente, en caso necesario, se valore la psicoterapia. Tenerlos en cuenta puede ser de gran ayuda para evitar malas digestiones, y en general somatizaciones.
- La actividad física alivia la ansiedad y estimula la liberación de endorfinas, a la vez que favorece el tránsito intestinal.
- Practica técnicas de relajación: yoga, meditación, relajación muscular progresiva, respiración diafragmática… Las personas con síndrome del intestino irritable encuentran un alivio significativo del dolor, la hinchazón y los calambres practicando técnicas de relajación. relajación.
- Ajustes en la dieta. Evite el exceso de azúcar, grasa, cafeína y alcohol. Es bueno observarse a uno mismo, pero sin excesos. A veces ciertos alimentos nos hacen sentir mal y basta con eliminarlos de la dieta para notar una mejoría. En cualquier caso, cuando la ansiedad es el principal problema, se suele observar que la misma comida a veces sienta bien y a veces no.
- Medicamentos. Algunas drogas pueden tener efectos irritantes en el sistema digestivo. Valora si en tu caso pueden influir negativamente en tu digestión. En ocasiones los antiinflamatorios si no van acompañados de algún alimento pueden provocar problemas digestivos.
- Terapia cognitivo-conductual. La terapia cognitivo-conductual enseña habilidades de afrontamiento en situaciones que pueden estar causando ansiedad y somatizaciones. En un estudio reciente de personas con síndrome del intestino irritable, el 70 por ciento notó una mejora en sus síntomas después de 12 semanas de terapia cognitiva conductual. Si quieres saber más sobre psicoterapia, lee el artículo ¿Qué es la psicoterapia? Las claves de la terapia cognitivo-conductual están bien resumidas.